Comprender el funcionamiento del sistema de pensiones, sus beneficios, objetivos, y las normativas que lo regulan es fundamental para que las personas tomen mejores decisiones para su futuro.
Es relevante que las personas accedan a información precisa y confiable para comprender mejor el sistema previsional.
La desinformación o falta de información precisa sobre el sistema previsional influye considerablemente en la elección de la modalidad de pensión. En este contexto, la renta vitalicia ha sido objeto de mitos y conceptos erróneos que la relegan frente a opciones como el retiro programado, a pesar de las ventajas que puede ofrecer.
La discusión en torno a las pensiones ha generado mayor interés en la ciudadanía, sin embargo, persiste el desconocimiento sobre las distintas modalidades de pensión, afectando las decisiones de quienes se acercan a su jubilación.
Como resultado, la renta vitalicia suele ser menos considerada, aunque represente una opción estable y confiable para asegurar ingresos en la vejez.
La renta vitalicia consiste en un acuerdo con una aseguradora, donde los ahorros acumulados en la AFP durante los años laborales se transfieren a la compañía de seguros.
A cambio, el afiliado recibe una pensión fija en UF durante toda su vida, garantizando estabilidad económica. Sin embargo, la decisión de optar por esta modalidad no está exenta de dudas y malentendidos.
El monto de la pensión se determina considerando factores como el saldo acumulado en la AFP, la edad y el género del afiliado, la tasa ofrecida por la aseguradora y las cláusulas adicionales contratadas.
Modalidades de renta vitalicia:
Al optar por esta modalidad, los fondos de la cuenta individual del afiliado se transfieren a la aseguradora, que asume la propiedad de estos recursos y se encarga de respaldar el pago de la pensión acordada.
Para acceder a una renta vitalicia, es necesario cumplir con la edad legal de jubilación (60 años para mujeres y 65 años para hombres) o ser declarado inválido por la Comisión Médica de las AFP.
Además, el afiliado debe contar con un saldo suficiente en su AFP que garantice una pensión igual o superior a UF 3 y gestionar la cotización a través del Sistema de Consultas y Ofertas de Montos (SCOMP), seleccionando una oferta en un plazo de 12 días hábiles.
Es cierto que los fondos pasan a ser propiedad de la aseguradora, pero estos se utilizan para respaldar los pagos comprometidos durante toda la vida del afiliado.
En las rentas vitalicias, el afiliado recibirá el pago de su pensión, viva 10 años o 40 años más una vez haberse pensionado. De esta forma no debe preocuparse por agotar sus ahorros previsionales, dado que la aseguradora es ahora responsable por paga la pensión por el tiempo que sea necesario.
Los pensionados con renta vitalicia tienen el mismo derecho a recibir beneficios estatales que aquellos que optan por el retiro programado, siempre que cumplan los requisitos.
Si bien las pensiones por retiro programado pueden ser mayores al inicio, tienden a disminuir con el tiempo, a diferencia de la renta vitalicia que mantiene un monto constante a lo largo de toda la vida del pensionado.
Este análisis busca desmitificar las ideas erróneas en torno a la renta vitalicia y proporcionar información clara y precisa, ayudando a quienes se acercan a la jubilación a tomar decisiones bien fundamentadas.