Un seguro de salud cuenta con diferentes opciones de cobertura según las necesidades del beneficiario y también de su bolsillo, de lo que depende la prima y el deducible a pagar.
Para asegurar la estabilidad económica y el bienestar de la familia, contratar un seguro de salud es una opción muy recomendada, ya que entrega una mejor cobertura y acceso en caso de emergencias médicas o atenciones de salud como complemento a Fonasa o Isapre.
Cada póliza de seguro tiene sus propios requisitos, limitaciones y características que definirán si la cobertura es extensa o si varía entre diferentes prestaciones. Estas pólizas pueden ofrecer desde servicios básicos de medicina general hasta exámenes, medicamentos, hospitalizaciones, cirugías y tratamientos.
El costo de la prima y, en algunos casos, el deducible, así como otras obligaciones y condiciones, dependerá de estas características en función del bolsillo y necesidades de cada persona.
El valor de un seguro, en este caso de salud, se determina por diferentes variables y factores al momento de la contratación de la póliza, tales como edad, coberturas, enfermedades preexistentes, beneficiarios y otros.
La prima, que es el valor periódico de costo del contrato, es una obligación que al ser pagada garantiza que se cumplirán las indemnizaciones o beneficios acordados en caso de activar el seguro.
En ese sentido, se determinará si el costo es alto o bajo según el monto del deducible (a mayor precio, menor prima y viceversa) en función de factores como:
Quienes busquen ahorrar o planificar su pago pueden escoger entre un pago único que cubra toda la vigencia del seguro o bien un pago periódico, mensual o anual en cuotas.
La cantidad a pagar puede ser fija o variable, dependiendo de la aseguradora y la evaluación del riesgo del asegurado.
Por otro lado, un seguro es una alternativa razonable para profesionales jóvenes que busquen ahorrar en atenciones de salud o urgencias. Así, un seguro es un gasto menor para quienes no tienen beneficiarios, no recurren regularmente a controles médicos o no tienen enfermedades preexistentes o enfermedades crónicas.
Por ejemplo, un seguro de salud es económicamente atractivo si ofrece tarifas competitivas y beneficios adicionales. Las pólizas de salud, las que pueden ser individuales o colectivas, pueden costar desde UF 1 al mes e incluso menos, dependiendo de factores ya mencionados como la edad o el estado de salud del asegurado.