Los seguros son una alternativa segura y confiable cuando se trata de invertir en salud. Cuando la vida sorprende con emergencias médicas o imprevistos, la tranquilidad de estar asegurado puede hacer la diferencia.
Los seguros son una alternativa segura y confiable cuando se trata de invertir en salud. Cuando la vida sorprende con emergencias médicas o imprevistos, la tranquilidad de estar asegurado puede hacer la diferencia.
Contratar un seguro de salud no es solo una elección prudente cuando se trata de atención médica, es también una inversión importante para el bienestar y la tranquilidad financiera.
En nuestro país, según diversas encuestas, existe una valoración positiva del formato de seguros, que actúan justamente como complemento a la cobertura del sistema de ISAPRE o FONASA, según cada persona.
Hacia 2023, la encuesta Ipsos indicaba que alrededor de un 6% de la migración hacia el sistema estatal correspondía a una estrategia que favorecía la contratación de un seguro complementario. Este tipo de seguros ofrecen la posibilidad de continuar utilizando prestaciones o servicios en la red privada de salud.
Un seguro complementario entregará cobertura parcial o porcentual en los casos en que exista copago en las atenciones médicas que cubre el sistema por ISAPRE o FONASA. Esta diferencia es asumida y financiada por el seguro complementario ya sea en fracción o totalidad.
Al momento de contratar el seguro, el asegurado o titular asume el pago de una prima mensual y un deducible con tope de capital anual. Esto quiere decir que existe un monto máximo que cubrirá el seguro al año.
Los seguros de salud entregan la cobertura que tus planes de ISAPRE o FONASA podrían no cubrir completamente, proporcionando una barrera financiera adicional que te protege en casos de emergencias o tratamientos costosos.
Aunque estos seguros no reemplazan la cobertura básica del sistema, sí ofrecen un nivel adicional de acceso y financiamiento, entre otros beneficios, que puede ser fundamental en momentos de necesidad o emergencias, según las siguientes necesidades y características de cada persona o grupo familiar.
Lo primero es lo primero: reflexionar sobre la situación propia de salud actual y futura. Un seguro puede ser muy diferente si el titular es una persona soltera, si tiene familia o no, hijos o condiciones preexistentes.
¿Cuántos años tienes? ¿Tienes alguna condición crónica que requiera tratamiento regular? ¿Estás tomando medicamentos prescritos que debes considerar? Comprender esas necesidades médicas personales es el primer paso para saber qué tipo de cobertura buscar.
Hay varios tipos de seguros de salud y cada uno ofrece diferentes niveles de cobertura. Desde seguros para accidentes personales hasta pólizas específicas para hospitalización, maternidad o incluso muerte accidental.
Es importante conocer cada una de estas opciones y así entender qué plan ofrece la cobertura que realmente se requiere.
¿Buscas médicos o centros especiales? ¿Conoces la red de convenios de cada aseguradora? Tener acceso a los profesionales y establecimientos de preferencia hace una gran diferencia en la experiencia de atención médica y permite planificar mejor al momento de decidir contratar un seguro.
Revisar cada condición, valores y costos de cada plan es fundamental antes de tomar la decisión. ¿Cuál es la prima? ¿Contempla deducible? ¿Qué es el copago?
Es importante encontrar un equilibrio entre lo que se puede pagar y el tipo de cobertura que obtendrás. No olvides también revisar los límites de gastos máximos anuales, que indican cuánto es lo máximo que la compañía reembolsará en un año por servicios cubiertos, entre otras opciones.
Seleccionar el seguro de salud adecuado es más que simplemente encontrar la prima más baja, sino que también es sobre encontrar la cobertura que mejor se ajusta a tus necesidades de salud y financieras.
Según sus principales características, los principales atributos y condiciones antes de contratar se dividen en:
En situaciones de emergencia médica o enfermedades graves o tratamiento, la ISAPRE o FONASA sólo podrán cubrir una parte de los costos incurridos, dejando un porcentaje del gasto al titular.
Un seguro de salud puede cubrir ese costo adicional, asegurando que el titular o beneficiario no se enfrente a un gasto imprevisto mayor.
Por supuesto que nadie está libre de un problema de salud o una visita a urgencias. Menos prever un accidente o alguna situación que requiera atención inmediata. Sin embargo, sí es relevante contar con seguridad y tranquilidad.
Estos eventos inesperados pueden necesitar atención rápida, que a menudo incluye hospitalización o procedimientos quirúrgicos costosos. Un seguro de salud podrá cubrir estos gastos, proporcionando la cobertura y acceso necesario para actuar rápidamente.
Por otro lado, enfermedades crónicas o graves como cáncer u otras condiciones que requieren tratamientos prolongados y costosos pueden ser financieramente devastadoras.
Un seguro de salud catastrófico asegura que puedes enfrentar estos tratamientos sin la preocupación de los enormes gastos implicados.
Considerar un seguro de salud es invertir en el futuro propio y familiar. Más que acceso a atención médica de calidad es también una barrera de protección a la estabilidad financiera y una decisión acertada ante los imprevistos de la vida.