Ya sea para la cobertura de un accidente o siniestro e incluso en modalidad de salud o de vida, una póliza es el documento fundamental justificativo del seguro a contratar, el que contiene sus condiciones y directrices.
Según información oficial de la CMF, una póliza es el contrato del seguro, o sea, el documento que contiene los derechos y obligaciones de las partes. La póliza es el justificativo del seguro a contratar y sus condiciones.
En el ámbito de los seguros generales, estos instrumentos se entienden y ejecutan a través de Compañías de Seguros, que cubren la pérdida o deterioro de los bienes o el patrimonio, como en este caso, un vehículo.
En ese sentido, dada la amplia variedad de riesgos que se pueden asegurar, lo primero es informarse y conocer de primera mano todas las condiciones y características del seguro antes de contratarlo.
Una decisión informada y voluntaria es garantía de respaldo para el afiliado y por extensión a su grupo familiar u otros beneficiarios.
Al momento de leer el documento, este consta de dos partes igual de importantes. Todas las pólizas cuentan con esta información en su estructura global.
Las condiciones generales, según la CMF, son los textos contenidos en los contratos tipo que debe utilizar cada compañía de seguro en la contratación de sus servicios.
Estos documentos contendrán las regulaciones y estipulaciones por las que se regirá el contrato y se excluyen, en algunos casos, materias destinadas a regular el contrato que no signifiquen condiciones particulares estipuladas por la compañía y sus propias condiciones.
Estas condiciones o características especiales deben considerar, al menos, información relativa a:
En una póliza o contrato modelo, este tipo de condiciones generales se pueden encontrar con la nomenclatura POL. ¿Por qué? Porque todas las compañías deben someterse a un proceso de revisión y documentación de sus pólizas en el Depósito de uso público de la CMF.
Estas condiciones son aquellas que regulan todas las características que no aparecen en las condiciones generales y que permiten que la póliza se singularice según el objetivo de la cobertura, como en este caso, de un seguro automotriz.
Esto, permite establecer los parámetros para diseñar una póliza singularizada y específica según criterios como:
Conocer estos elementos permitirá determinar y entender con precisión el tipo de riesgo que estará cubierto y, ante el desafortunado caso de un accidente vehicular o algún siniestro, analizar sus condiciones y exclusiones. Luego de contar con total entendimiento de la póliza, es posible firmarla y contratar el seguro.
Actualmente, la principal preocupación de quien cuenta con un vehículo es la seguridad y la cobertura en caso de un accidente de tránsito. Ninguna persona está libre de participar de un choque que involucre daños personales o perjuicios a terceros.
Por eso, un seguro automotriz es la mejor opción para contar con seguridad y tranquilidad en caso de un problema de estas características.
Al momento de contratar y conocer cada una de las disposiciones y condiciones en las dos partes que contiene una póliza, es necesario conocer lo que los seguros entienden como cobertura y siniestros o situaciones en las que puede operar.
Antes de firmar el documento, encontrarás una serie de disposiciones estándar que definen la cobertura y los eventuales riesgos en los que se puede recurrir al seguro.
Leer y comprender tu seguro automotriz puede ser complejo a primera vista, sin embargo, lo único necesario es conocer cada uno de sus componentes y nomenclaturas para así escoger la mejor opción según tus propias y exclusivas necesidades y requerimientos.