Es la cantidad de dinero que el asegurado debe pagar de su bolsillo antes de que el seguro comience a cubrir los gastos médicos. Funciona como una especie de franquicia, representando el costo inicial que el asegurado asume antes de que el seguro se active.
Por ejemplo, si tienes un seguro de salud con un deducible de $1.000 y necesitas atención médica, primero debes cubrir ese monto con tus propios fondos. Una vez alcanzado el deducible, el seguro comienza a cubrir una parte o la totalidad de los gastos subsiguientes, dependiendo de los términos de tu plan.
1. Control de costos: El deducible ayuda a controlar los costos de atención médica. Al requerir un pago inicial por parte del asegurado, se reduce la cantidad que las aseguradoras deben pagar por cada reclamación, lo que puede ayudar a mantener más bajas las primas mensuales.
2. Elección de planes: Los seguros de salud ofrecen diferentes opciones de deducibles. Los planes con deducibles más bajos suelen tener primas más altas, mientras que aquellos con deducibles más altos tienen primas más bajas. La elección del plan adecuado dependerá de tus circunstancias financieras y de salud.
3. Impacto en gastos de bolsillo: Un plan con un deducible alto puede significar mayores gastos iniciales, pero primas mensuales más bajas. Por otro lado, un deducible bajo implica menos gastos iniciales, pero primas mensuales más altas.