El seguro de pérdida total de un auto se activa cuando el vehículo asegurado sufre daños tan graves que se considera irrecuperable o económicamente inviable su reparación.
En estos casos, el seguro compensa al asegurado con el valor comercial del vehículo en el momento del siniestro. Esto significa que se paga la cantidad equivalente al valor de mercado del auto justo antes de que ocurriera el daño.
Cuando se reporta un siniestro, un liquidador evalúa el vehículo para determinar la extensión de los daños. Se analizan tanto los costos de reparación como el valor del vehículo antes del siniestro.
Generalmente, se considera una pérdida total si el costo para reparar el vehículo supera un cierto porcentaje del valor comercial del mismo, que puede variar entre el 65% y el 75%, dependiendo de la póliza.