Recuerda que un seguro puede ofrecer, entre otras condiciones, cobertura total o parcial según ciertas características y la naturaleza del siniestro, ya sea accidente de tránsito u otra emergencia.
Esto trae consigo daños materiales que suelen ser visibles, como abolladuras o la destrucción de otros elementos, lo que se traduce en costosas reparaciones.
Sin embargo, existen diversos tipos de daños que pueden surgir de un accidente, ya sean estructurales, visibles o en este caso, daños morales. Este tipo de daños implican un impacto físico o psicológico derivado del accidente y su cobertura dependerá de tu póliza de seguro.
Esto puede manifestarse en consecuencias producto del impacto del accidente, lo que puede vincularse a repercusiones que afecten en la calidad de vida.
Por ejemplo, si producto de un accidente, además de perder el vehículo que era tu herramienta de trabajo, sufres consecuencias físicas, la cobertura puede considerar como daño el lucro cesante. Esto quiere decir que el afectado dejará de percibir ingresos y beneficios debido a la inutilidad de su vehículo siniestrado o bien, de sus lesiones.
En tales situaciones, los afectados pueden iniciar acciones legales contra el responsable del accidente para reclamar una compensación, cuyo monto dependerá de la severidad de los daños sufridos y las dificultades que enfrenten las víctimas para superarlos.